¿Por qué las toallas de los hoteles están más suaves y esponjosas que las de casa?

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Una persona en una cama

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Si alguna vez has viajado y te has alojado en un hotel, seguramente habrás notado la diferencia entre las toallas que te ofrecen y las que usas en tu hogar. Las toallas de los hoteles suelen ser más suaves, esponjosas, blancas y absorbentes que las que tenemos en casa. ¿A qué se debe esto? ¿Qué hacen los hoteles para conseguir ese efecto? ¿Podemos replicarlo en nuestro propio hogar?

La calidad de las toallas

El primer factor que influye en la suavidad y la esponjosidad de las toallas es la calidad del material con el que están hechas. Las toallas para hoteles suelen estar fabricadas con algodón 100%, que es una fibra natural que tiene una gran capacidad de absorción y de retención de la humedad. El algodón también es resistente, duradero y fácil de lavar y secar. Dentro del algodón, hay diferentes tipos y calidades, que se pueden medir por el gramaje (el peso de la toalla por metro cuadrado) y por la longitud de la fibra. Cuanto mayor sea el gramaje y la longitud de la fibra, mayor será la calidad de la toalla.

Los hoteles suelen elegir toallas de algodón de alta calidad, con un gramaje de entre 500 y 700 gramos por metro cuadrado, y con una longitud de fibra de entre 1,5 y 2 centímetros. Estas toallas son más gruesas, suaves y esponjosas que las de menor calidad, y también más caras. Algunos de los tipos de algodón más utilizados por los hoteles son el algodón egipcio, el algodón turco y el algodón pima, que se caracterizan por tener fibras largas y finas que crean un tejido suave y lujoso.

El lavado y el secado de las toallas

Otro factor que determina la suavidad y la esponjosidad de las toallas es el proceso de lavado y secado al que se someten. Los hoteles tienen unas normas de higiene muy estrictas, y por eso lavan y secan sus toallas a diario, utilizando productos y técnicas específicas. Estos son algunos de los trucos que usan los hoteles para mantener sus toallas en perfecto estado:

  • Uso de agua caliente: El agua caliente ayuda a eliminar la suciedad, las manchas y los gérmenes de las toallas, y también a abrir las fibras del algodón, lo que hace que las toallas sean más suaves y esponjosas. Los hoteles suelen lavar sus toallas a una temperatura de entre 60 y 90 grados centígrados, dependiendo del grado de suciedad y del tipo de toalla.
  • Un detergente neutro: El detergente neutro es el más adecuado para lavar las toallas de algodón, ya que respeta el pH de la fibra y no la daña ni la decolora. Los hoteles evitan usar detergentes con aromas, colorantes, blanqueadores o suavizantes, ya que pueden dejar residuos en las toallas que reducen su capacidad de absorción y su suavidad. Además, usan la cantidad justa de detergente, ni más ni menos, para evitar que las toallas queden apelmazadas o con restos de jabón.
  • El truco del vinagre blanco: El vinagre blanco es un producto natural que tiene múltiples beneficios para el lavado de las toallas. Por un lado, actúa como un desinfectante natural, eliminando los gérmenes y los malos olores de las toallas. Por otro lado, actúa como un suavizante natural, eliminando la cal del agua y los residuos del detergente, y dejando las toallas más suaves y esponjosas. Los hoteles suelen añadir una taza de vinagre blanco al ciclo de lavado de las toallas, o usarlo como sustituto del suavizante.
  • Empleo de bicarbonato de sodio: El bicarbonato de sodio es otro producto natural que tiene propiedades beneficiosas para el lavado de las toallas. Por un lado, ayuda a blanquear las toallas, eliminando las manchas y los tonos amarillentos que pueden aparecer con el tiempo. Por otro lado, ayuda a suavizar las toallas, neutralizando los olores y los ácidos del vinagre, y dejando las toallas más esponjosas y absorbentes. Los hoteles suelen añadir media taza de bicarbonato de sodio al ciclo de lavado de las toallas, o usarlo como sustituto del detergente.
  • Las secadoras: El secado de las toallas es tan importante como el lavado, ya que influye en la textura y el volumen de las mismas. Los hoteles suelen usar secadoras industriales para secar sus toallas, ya que les aportan calor, aire y movimiento, lo que hace que las toallas queden más suaves, esponjosas y esponjadas. Además, las secadoras eliminan el exceso de humedad de las toallas, lo que evita que se formen hongos o bacterias. Los hoteles suelen secar sus toallas a una temperatura de entre 50 y 60 grados centígrados, y añaden unas bolas de lana o de aluminio al tambor de la secadora, para crear más fricción y separar las fibras de las toallas.

Los consejos para tener unas toallas más suaves y esponjosas en casa

Si quieres disfrutar de unas toallas más suaves y esponjosas en tu casa, puedes seguir algunos de los consejos que te hemos dado, y también tener en cuenta estos otros aspectos:

  • Elige unas toallas de buena calidad: Como hemos visto, la calidad de las toallas depende en gran medida del material con el que están hechas. Por eso, te recomendamos que inviertas en unas toallas de algodón 100%, con un gramaje alto y una longitud de fibra larga. Estas toallas te durarán más tiempo, y te ofrecerán una mayor suavidad y esponjosidad. Puedes encontrar toallas de este tipo en Hottels.es, una web especializada en equipamiento textil para hostelería, que te ofrece una gran variedad de toallas de diferentes tamaños, colores y diseños, con la mejor relación calidad-precio.
  • Lava y seca tus toallas con frecuencia: Para mantener tus toallas en buen estado, es importante que las laves y las seques con frecuencia, siguiendo las indicaciones que te hemos dado. Lo ideal es que laves tus toallas cada tres o cuatro usos, y que las seques completamente después de cada lavado. Así evitarás que se acumulen la suciedad, los gérmenes y los malos olores, y que las toallas pierdan su suavidad y su esponjosidad.
  • Cuida tus toallas con mimo: Además de lavar y secar tus toallas correctamente, también debes cuidarlas con mimo, evitando hacerles daño o estropearlas. Por ejemplo, no uses las toallas para limpiar el maquillaje, el tinte o la lejía, ya que pueden mancharlas o decolorarlas. Tampoco uses las toallas para secar a tu mascota, ya que pueden llenarse de pelos o de parásitos. Y tampoco uses las toallas para frotar tu piel con fuerza, ya que puedes irritarla o dañarla. Usa tus toallas con suavidad y delicadeza, y disfruta de su tacto y su confort.