¿En qué consiste la recuperación de calor como solución energética?

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Imagen que contiene interior, tabla, secadora, lavabo

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La recuperación de calor es una técnica que consiste en aprovechar la energía térmica que se pierde en los procesos industriales, de climatización o de refrigeración, y reutilizarla para otros fines, como la calefacción, el agua caliente o la generación de electricidad. De esta forma, se reduce el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero, al tiempo que se aumenta la eficiencia y la rentabilidad de los sistemas.

Este sistema ya se está utilizando también en hogares y empresas como Akiter realizan la instalación de recuperador de calor en Toledo con muy buenos resultados.

¿Qué beneficios tiene la recuperación de calor?

La recuperación de calor tiene múltiples beneficios, tanto para el medio ambiente como para la economía. Algunos de ellos son:

  • Ahorro de energía: al recuperar el calor que se desperdicia, se disminuye la demanda de energía primaria, lo que supone un menor gasto en combustibles fósiles o en electricidad. Según algunos estudios, la recuperación de calor puede reducir el consumo de energía entre un 10 y un 40 por ciento.
  • Reducción de emisiones: al consumir menos energía, se emite menos CO2 y otros gases contaminantes a la atmósfera, lo que contribuye a mitigar el cambio climático y a mejorar la calidad del aire. Se estima que la recuperación de calor puede evitar la emisión de entre 60 y 200 millones de toneladas de CO2 al año en Europa.
  • Mejora de la competitividad: al ahorrar en energía, se reducen los costes operativos y se aumenta la productividad de las empresas, lo que les permite ser más competitivas en el mercado. Además, la recuperación de calor puede generar ingresos adicionales al vender el excedente de energía térmica o eléctrica a otras empresas o a la red.
  • Mejora del confort: al recuperar el calor, se mejora el confort térmico de los edificios, ya que se mantiene una temperatura más estable y se evitan las pérdidas de calor. Asimismo, se mejora la calidad del aire interior, al renovar el aire viciado y filtrar el aire exterior.

¿Qué tipos de recuperación de calor existen?

Existen diferentes tipos de recuperación de calor, según el origen, el destino y el método de transferencia de la energía térmica. Algunos de los más comunes son:

  • Recuperación de calor del aire: consiste en intercambiar el calor entre el aire que sale y el que entra de un edificio o de una instalación, mediante dispositivos como recuperadores entálpicos, ruedas térmicas o tubos de calor. De esta forma, se reduce la carga térmica de los sistemas de climatización y se ahorra energía.
  • Recuperación de calor del agua: consiste en aprovechar el calor del agua que se utiliza o se descarta en los procesos industriales o de refrigeración, mediante intercambiadores de calor, bombas de calor o calderas de condensación. De esta forma, se puede utilizar el agua caliente para otros fines, como la calefacción, el agua sanitaria o la generación de vapor.
  • Recuperación de calor del gas de escape: consiste en extraer el calor de los gases que se emiten en los procesos de combustión, mediante intercambiadores de calor, turbinas de gas o motores de combustión interna. De esta forma, se puede utilizar el calor para generar electricidad, vapor o agua caliente.

¿Qué ejemplos de recuperación de calor hay en la práctica?

La recuperación de calor es una solución aplicable a diversos sectores y actividades, como la industria, la construcción, la hostelería, la salud o la agricultura. Algunos ejemplos de recuperación de calor en la práctica son:

  • Recuperación de calor en hospitales: los hospitales son edificios que tienen una gran demanda de energía, tanto para la climatización como para el agua caliente sanitaria. Una forma de reducir el consumo de energía es recuperar el calor de los sistemas de refrigeración, que se utilizan para enfriar los equipos médicos, y utilizarlo para calentar el agua o el aire. Por ejemplo, el Hospital Universitario de Granada ha instalado un sistema de recuperación de calor que le permite ahorrar un 30 por ciento de energía y reducir las emisiones de CO2 en 300 toneladas al año.
  • Recuperación de calor en fábricas: las fábricas son instalaciones que generan una gran cantidad de calor residual en sus procesos de producción, que normalmente se disipa al ambiente. Una forma de aprovechar ese calor es utilizarlo para calentar otras máquinas, otras fábricas o incluso otros edificios cercanos. En este sentido, la fábrica de cerveza Heineken en Sevilla ha implantado un sistema de recuperación de calor que le permite ahorrar un 40 por ciento de energía y reducir las emisiones de CO2 en 6.000 toneladas al año.
  • Recuperación de calor en hoteles: los hoteles son establecimientos que tienen una gran demanda de energía, tanto para la climatización como para el agua caliente sanitaria. Una forma de reducir el consumo de energía es recuperar el calor de las aguas grises, que son las que se usan para la ducha, el lavabo o el lavavajillas, y utilizarlo para precalentar el agua fría o el aire. Un ejemplo es el hotel NH Collection Madrid Eurobuilding que ha instalado un sistema de recuperación de calor que le permite ahorrar un 25 por ciento de energía y reducir las emisiones de CO2 en 70 toneladas al año.

¿Qué retos y oportunidades tiene la recuperación de calor?

La recuperación de calor es una solución con un gran potencial para mejorar la eficiencia energética y la sostenibilidad de los sistemas térmicos. Sin embargo, también presenta algunos retos y oportunidades que hay que tener en cuenta. Algunos de ellos son:

  • Retos técnicos: la recuperación de calor requiere de una adecuada selección, diseño e instalación de los equipos y dispositivos que permitan la transferencia de calor de forma eficaz y segura. Además, se debe realizar un correcto mantenimiento y control de los sistemas para garantizar su óptimo funcionamiento y rendimiento.
  • Retos económicos: la recuperación de calor implica una inversión inicial que puede ser elevada, dependiendo del tipo y la complejidad de la solución. Por ello, se debe realizar un análisis de costes y beneficios que tenga en cuenta el ahorro de energía, la reducción de emisiones, la amortización y la rentabilidad de la inversión.
  • Retos normativos: la recuperación de calor está sujeta a una normativa que regula los aspectos técnicos, ambientales y de seguridad de los sistemas. Por ello, se debe cumplir con los requisitos y las condiciones que establece la legislación vigente, tanto a nivel nacional como europeo.
  • Oportunidades de innovación: la recuperación de calor ofrece un campo de innovación y desarrollo de nuevas tecnologías y soluciones que permitan mejorar la eficiencia y la versatilidad de los sistemas. Por ejemplo, se pueden explorar nuevas formas de almacenar, transportar y distribuir el calor recuperado, o de integrarlo con otras fuentes de energía renovable.
  • Oportunidades de mercado: la recuperación de calor representa una oportunidad de mercado para las empresas que ofrecen productos y servicios relacionados con esta solución. Por ejemplo, se pueden crear redes de calor, que son sistemas que distribuyen el calor recuperado a varios edificios o instalaciones, o se pueden vender los excedentes de energía térmica o eléctrica a la red o a otras empresas.